Estoy a punto de embarcarme a una aventura que se espera todo el año para retirarme del bullicio, del movimiento y de la vida monótona de nuestras ciudades "modernas".Estaré en el Campamento de Jóvenes de mi iglesia. No será en un lugar muy lejano, así que si hay demasiado frío será más fácil poder desistir y regresar a nuestro hábitat :)
Estaré también compartiendo algunas experiencias, quiero que los jóvenes vean en mí a una persona tan igual a ellos, que pasa por las mismas tentaciones, que tengo, al igual que ellos, conflictos, depresiones, y ansiedad, pero que de la mano del Salvador, podemos dejar ese "status quo" y empezar a alcanzar nuevos territorios.
Un problema que tenemos los líderes es que no queremos mostrar nuestras debilidades, tampoco queremos hablar de nuestras malas decisiones, y nos limitamos a "compartir" y contar de la experiencia de OTROS, intentando desafiar a una generación que quiere ver LÍDERES REALES que se basan en SUS PROPIAS EXPERIENCIAS y no LÍDERES BASADOS EN EXPERIENCIAS AJENAS.
Esta generación está ciega y es que ya no hay líderes que hablen la Palabra, sino su propia palabra, y tal vez por eso es que Dios se ha mantenido en silencio... Pero se vienen tiempos mejores:
«Por mucho tiempo he guardado silencio, he estado callado y me he contenido. Pero ahora voy a gritar como parturienta, voy a resollar y jadear al mismo tiempo. Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré, y no los abandonaré». Isaías 42.14,16 (NVI)
Me llevo esta Palabra en mi corazón, para decirle a los acampantes que Dios está dispuesto a darnos un futuro mejor, no todo el tiempo será tinieblas, sino que vendrán momentos de LUZ para los valientes que decidan dejarlo todo por seguirle a Él.
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