No busques amigos sin defectos, pues te quedarás toda la vida sin amigos. Tampoco busques los defectos en tus amigos, pues poco a poco te irán dejando y quedarás solo.
No ames a tus amigos porque no tienen defectos: Amalos aun a pesar de sus defectos, y, si quieres, ámalos precisamente por sus defectos, Por cuanto, el hecho de que tengan defectos, quiere decir que son más humanos.
No pretendas exigir a tus amigos que sean mejores que tú, si ciertamente lo son, agradece y aprovecha sus ejemplos y su influencia bienhechora; si no lo son, respétalos y ofréceles tu ayuda para que mejoren; pero con paciencia, con comprensión, con bondad, con sumo respeto a la personalidad de ellos.
No pretendas cambiar a tus amigos, déjalos que sean como Dios los ha hecho, pero no te preocupes si tú no eres como ellos. También tú tienes derecho de ser como Dios te hizo; eso sí, tanto ellos como tú han de ser "como Dios los hizo" y no como los deshizo el pecado de la soberbia y del egoísmo, No conviene deshacer la obra de Dios.
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