Porque a Él le importaba las multitudes, la gente humilde, y algunas iglesias prefieren la exclusividad y la comodidad de un grupo selecto.
Porque no predicaba verso por verso o línea por línea del Antiguo Testamento. Aunque ocasionalmente mencionaba las Escrituras, la mayoría de las veces contaba historias (parábolas) cuando predicaba o conversaba con la gente.
Porque hablaba en un lenguaje que la gente entendía, y acerca de temas relevantes a la cultura de su tiempo
Porque le gustaba pasarla bien con la gente del pueblo, frecuentando los pozos y los otros lugares donde se congregaba todo tipo de persona.
Porque no tenía ningún problema sentándose a comer con gente de reputación dudosa
Porque llamaba como tal a los religiosos a los cuales en una ocasión llamó “sepulcros blanqueados”
Porque no perdió su tiempo en discusiones sobre “la predestinación”, “el arrebatamiento”, “el hablar en lenguas” o “la cantidad de maquillaje que debía ponerse una mujer”, temas que parecen entretener a algunos cristianos.
Porque nunca se dejaría intimidar por las personas influyentes de la congregación o por un comité que se cree dueño de la iglesia.
Porque señalaría el pecado de algunos en público, como lo hizo con la mujer samaritana en el pozo de Jacob.
Porque llamaría al arrepentimiento a la mitad de la congregación que le dice Señor, pero en el fondo no le conoce.
extraido de: despuesdeldomingo.com
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