El mes pasado mi amigo Paul conoció a una mujer interesante, la invitó a cenar, y le fue de maravilla – hasta que ella lo rechazó para una segunda cita. Él no lo podía entender: ¿No había sido encantada por sus historias “divertidas” acerca de su ex-novia? Oh… pensé. Él era ese clase de hombre antipático de una primera cita, pero no lo sabía. Sucede en cafés, bares y restaurantes cada día – un hombre con buenas intenciones echa a perder todo en su primera cita y no tiene ni idea de porqué. ¿Quieres una pista? Aquí están los 10 errores más comunes.
1. Hablando sobre una ex pareja. Nada bueno puede resultar si se comenta de la ex novia en la primera cita. Decir algo positivo acerca de una ex novia es amenazante, y decir algo negativo es incomodísimo. Mi amiga Leslie está de acuerdo: “Mi primera cita incómoda favorita es cuando el tipo se pasa todo el tiempo describiendo en detalle lo pesada que era su ex,” dice. “Hacia el fin de la cita, él ya había mencionado el restaurante donde ella le tiró un trago y la esquina donde le gritó cosas sobre su falta de poder sexual”. La primera cita se trata de que los dos se conozcan y no sacar a relucir detalles sobre la ex.
2. Divulgar demasiada información personal que no es aduladora. Toma un consejo del comediante Chris Rock, cuyos tips para las citas dicen algo así: Cuando conoces alguien por primera vez tú no eres tú. Tú eres el embajador de ti mismo. En otras palabras, este no es el momento para dar acceso a todo. Yo tuve una primera cita con un chico que me contó que toma antidepresivos, que tiende a ser flojo, y que en su familia hay problemas. “Realmente me gustaría volverte a ver,” dijo el, “pero creo que debo de ser honesto y directo desde el principio”.
Peor aún son los tipos que revelan información personal poco halagadora sin darse cuenta que la información no es halagadora. “Mi perro es mi vida,” le comentó un tipo a mi amiga Sherene en la primera cita. “He tenido el perro desde que soy un niño,” agregaba avergonzado. “Vivo con mis papás”. La información era mala, pero el hecho de que él no tenía ni idea de que era mala es horrorizante. Recuerda: Esta es una cita, no una sesión con tu terapeuta.
3. Hacer que la cita se sienta como una entrevista de trabajo. Aceptémoslo: Una primera cita es una entrevista de trabajo (para obtener la posición deseada en la otra persona). Pero si una mujer se va a poner una vestimenta bonita y secarse el pelo para ti, trata de no hacerla sentir como si ella estuviera en el cuarto con la cabeza de recursos humanos. Le agradará más tener una conversación casual que el ser objeto a pruebas obvias como: “¿Hace cuento tiempo no tienes una pareja?” Igual de mal son los tiempos que tratan de no decir información clave al soltar preguntas calculadoras. Mi amiga Sara lo encontró particularmente irritante cuando un tipo intentó descifrar su edad al hacerle una pregunta acerca de las Olimpíadas del 1972, “Oh, pero tú no podrías posiblemente recordar eso” en un tono interrogante.
4. Tener demasiada actitud. A Laurie, una mujer soltera en Nueva York, le preguntaron en una primera cita qué programa de tele era el que más le gustaba. Cuando su acompañante supo que a ella no le gustaba Seinfeld, él no le creyó. Después de eso él no soltó ese tema durante toda la noche. “Simplemente no podía aceptar que a mí no me gustara ese programa”, explica Laurie, “Es como si de repente hubiera dicho, ‘Sí, yo vivo mi vida sin consumir líquidos”. Chicos, si quieren tener una segunda cena, no se pasen la primera tratando de convencer a tu cita que ella es normal.
5. Admirar a otras mujeres. La mayoría de los hombres sabe que no es recomendable mirar a otras mujeres cuando están en la primera cita. Pero igual de exasperante es si tu cita te pregunta lo que pensaste del último éxito de blockbuster, y tu respuesta es soltarte a hablar acerca de los bellos labios de Angelina Jolie. Si piensas que la mujer sentada del otro lado va a besarte después de eso, piénsalo nuevamente.
6. Quejarte del lugar. No le pidas a tu cita que “escoja el lugar a donde ella quiera ir”, si luego vas a quejarte una vez que estés ahí. Eso le sucedió a Liz, quien escogió un lugar con un menú de almuerzo de degustación de platos. No sólo su acompañante gruñó, sino que “procedió a decirme que él había tenido un desayuno grande y se cuestionaba quién podría comer un almuerzo de tres platos,” comento ella. “Yo le dije, ‘Yo podría’ y me señalé a mi misma y a todas las personas en el restaurante”.
7. Discutir con tu cita. Una cosa es hablar acerca de eventos actuales sino hay tema de conversación. Pero otra cosa completamente distinta es preguntarle su opinión de cualquier cosa desde el Medio Oriente hasta la elección, y después entrar en una discusión con ella, sin importar qué diga. Eso le sucedió a Melissa de 29 años cuando ella y su cita se metieron en una discusión sobre escuelas públicas y privadas. “Me molestó que él se quejara de tantas comentarios míos – especialmente en nuestra primera cita,” comentó.
8. Comerte el postre de tu cita. Al menos que estés en un restaurante chino, hay una razón por la cual cada quien tiene su plato. Sólo por el hecho de que una mujer pueda comer lento no significa que tienes el derecho de robarle un pedazo del alimento de un extraño. O como en el caso de Liz, donde su acompañante no se esperó a que ella lo probara primero. “Cuando mi postre llegó,” dice, “mi cita se estiró a lo largo de la mesa y con su tenedor, separó mi gateau au chocolat”.
9. No acompañarla a un lugar seguro al final de la cita. Casi igual de ingenuo que el tipo que se acerca para un beso demasiado agresivo es el chico que deja a su cita parada ahí en la calle en la noche, en vez de acompañarla hasta la seguridad de su auto o casa, o taxi. Esto me dijo mi amiga Julia. “Cierto, cada quien iba en direcciones opuestas – pero eso fue el colmo? ¡Preocúpate de la chica primero!”, dijo ella. “Cosas como esas son las que normalmente generan ¡los problemas grandes!”.
10. Decir “estaré en contacto” después de que la cita salió mal. Tu invitada sabe que la cita salió mal, y tú sabes que ella sabe, así que para qué decir que tú la llamarás cuando es obvio que no lo harás? “Me gustaría que él dijera, ‘Ha sido un placer conocerte, cuídate’”, nos dice Mónica, quien piensa que puedes se puede ser cortés y amable sin ser fingido (o hacer que una mujer espere sentada junto al teléfono).
Mi amigo, Paul, por cierto, aplicó estos puntos en una cita reciente. Nada de hablar de la ex novia, nada de estaré en contacto al final de la cita mala. Claro, esto fue algo muy grato para su cita, quien pensó que él era un galán y recientemente se lo presentó una amiga de ella. El promete guardar sus historias “chistosas” para al menos su segunda cita.
* Lori Gottlieb es el autor de Stick Figure: Un diario de lo que solía ser. Su libro mas reciente es Yo te amo, Gusto en conocerte.
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