De muchachos podíamos ir a cuanto lugar queríamos. Cogíamos la maleta con los implementos básicos, una frazada y en conjunto alquilábamos la carpa, cada uno se ofrecía en poner la sartén, la olla, y cuanto utensilio que se podía llevar de la cocina de mamá.
Con la llegada de los hijos, la idea de viajar, acampar y sumergirse en la aventura pasa a un segundo plano, porque hay que cuidarlos de la gripe, la tos y cuanta peste los aceche.
Sin embargo, después de varios años de "recogimiento", al fin podemos decir que estamos listos para volver al camino, pero esta vez como un equipo de 4, con más fortaleza como para soportar las inclemencias que se presentan en el viaje.
Por eso, con mucha confianza podemos decir que el espíritu aventurero ¡aún está vivo!
Cómo la Libertad Generó un Impacto Positivo el 14 de Febrero
-
Si usted vive o trabaja en la Ciudad de Guatemala, recordará como
verdaderamente caótico el pasado viernes 7 de febrero de 2025. Los
titulares de los medio...
0 alegatos:
Publicar un comentario