En los 80's habían apagones por doquier, especialmente en fechas festivas, no era raro quedarnos la noche de navidad sin luz y andar de la mano de mis padres en plena oscuridad, también recuerdo que el uso del papel higiénico no era muy común, usar hojas recicladas o papel de doble hoja de azúcar eran parte de nuestro diario y humilde vivir.
Nuestras viviendas en su mayoría eran de adobe, contados eran los que con mucho sacrificio podía gozar de su casa de material noble que llegaban a lo mucho uno o dos pisos, porque de ahí en adelante era practicamente imposible.
En casa no se tenía acceso a un teléfono, era familiar usar el teléfono público con el famoso "rin". Se decía que en las zonas donde más se cuidaban los teléfonos públicos de la CPT era precisamente en los pueblos jóvenes, los asentamientos humanos donde había poca vigilancia policial y mucho pandillaje, la explicación que daban era que los propios vecinos se turnaban para cuidarlos porque de ese teléfono público dependían mucho y no se hallaba otro a muchas cuadras.
Muy lejos de nosotros estaban los televisores a color, tenerlo era un gran privilegio, la vida se veía a blanco y negro; ni mencionar a la televisión por cable y mucho menos a la satelital, había que conformarse con los de señal abierta y ver los dibujitos de Transformers, Meteoro, Lady Oscar y Angel.
Todos asistíamos a un colegio público, contaditos iba a un particular, y nos conformábamos con la educación que ahí se impartía. Los profesores nos agarraban a "golpes" y nadie decía nada es más, nuestros padres les autorizaban para tal privilegio, todos usábamos el uniforme que se llamaba "guarda polvo".
Sólo me contaron aunque nunca lo ví, pero en los 80's había escases de productos básicos y si lograbas encontrarlos tenías que pasar una larga cola para no morir de hambre. si se te acababa el azúcar tenías que comprar tu caramelito para el agüita del olvido.
Más tarde llegarían los aparatos que se han hecho parte de nuestro caminar diario, los celulares, recuerdo que de toda mi familia sólo tenía un primo y que para tener ese "ladrillo" tuvo que soltar una alta suma de dinero.
Recuerdo que usé una computadora por primera vez en 1995 aprox. con el sistema operativos DOS que no era muy amigable como lo son ahora Windowns y Mac. Eran puro códigos que cuando te memorizabas recien podías sacarle el jugo a la máquina, sin dejar tus dos disquetes de 5,25" y 3,5", éste último hasta hace poco nos acompañó. Por cierto tener esa maquina en casa era todo un lujo.
Mis padres como muchos de su generación no fueron a la universidad, esas cosas eran para los de mayores recursos, trabajaron duro para darnos lo mejor, lo máximo que se podía llegar en ese entonces era terminar la secundaria.
Hoy todo es diferente, en nuestras casas no sólo hay teléfono fijo sino hasta 3 y 4 celulares con acceso a internet, cada uno tiene su portátil, abundando los televisores LED, nuestros hijos nacen no sólo con un pan bajo el brazo sino con juguetes de sobra, tienen sus video juegos, van a colegios privados con su movilidad particular, tenemos acceso a la educación como nunca antes, abundan las tarjetas de crédito, en poco tiempo hemos alcanzado lo que a nuestros padres por años les fue imposible alcanzar; no seremos los mejor pagados pero gracias a Dios tenemos empleo. Cobramos un sueldo mensual que a menudo lo despilfarramos en innumerables excesos y tantos otros gustitos para satisfacer nuestro apetito boraz.
Aveces pienso que el Perú se parece a un pueblo de la historia que después de muchos años de esclavitud alcanzó su libertad para luego ser llevada al desierto por 40 años donde tal vez no tenían las cosas en abundancia como esperaban pero vivían en libertad y eso era lo que más importaba, lástima que al poco tiempo comenzaron a quejarse, decían que cuando eran esclavos vivían mejor.
Perú, cuánta falta nos hace ser agradecidos por lo poco que tenemos antes de quejarnos por las muchas cosas que aún no tenemos.
Hoy todo es diferente, en nuestras casas no sólo hay teléfono fijo sino hasta 3 y 4 celulares con acceso a internet, cada uno tiene su portátil, abundando los televisores LED, nuestros hijos nacen no sólo con un pan bajo el brazo sino con juguetes de sobra, tienen sus video juegos, van a colegios privados con su movilidad particular, tenemos acceso a la educación como nunca antes, abundan las tarjetas de crédito, en poco tiempo hemos alcanzado lo que a nuestros padres por años les fue imposible alcanzar; no seremos los mejor pagados pero gracias a Dios tenemos empleo. Cobramos un sueldo mensual que a menudo lo despilfarramos en innumerables excesos y tantos otros gustitos para satisfacer nuestro apetito boraz.
Aveces pienso que el Perú se parece a un pueblo de la historia que después de muchos años de esclavitud alcanzó su libertad para luego ser llevada al desierto por 40 años donde tal vez no tenían las cosas en abundancia como esperaban pero vivían en libertad y eso era lo que más importaba, lástima que al poco tiempo comenzaron a quejarse, decían que cuando eran esclavos vivían mejor.
Perú, cuánta falta nos hace ser agradecidos por lo poco que tenemos antes de quejarnos por las muchas cosas que aún no tenemos.
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