Para Carlos, mi hermano

¿Quién imaginaría que después de compartir tantas experiencias ibas a llegar a ser lo que ahora soy? NADIEEEEE, pero hoy es un momento especial para reconocer que fuiste un ser divino que Dios puso en mi camino para ayudarme a dar esos primeros pasos…, enojándonos el uno al otro, resintiéndonos, alegrándonos por nuestros pequeños logros, aunque cayéndonos de la bicicleta, pero ahí estábamos levantándonos vez tras vez para alcanzar nuestras metas.

Es propicia la ocasión para darle gracias a Dios por tu vida, eres un hermano, un amigo que me dio esas básicas pero muy importantes clases de piano, también me enseñaste un poco de guitarra y bajo, y cómo olvidar eso de pegar las cintas de casset cuando estas se rompían, contigo fue que aprendí a hacer origamis, a hacer cometas que vuelen tan alto para no olvidar que un día al igual que ellas, también debíamos volar…

Han pasado tantos años, y ahora la vida va cambiando, nuestras responsabilidades son diferentes, cada cual anda en su camino, tal vez muchas de nuestras aspiraciones, en el tiempo, se van disipando, incluso algunos de ellos están pasando al olvido, pero los desafíos están ahí presentes.

Ya no somos los mocosos que hacíamos cualquier locura propia de la edad… hoy te esmeras por ser un mejor esposo, el mejor padre para Adiel; mientras yo me esfuerzo por alcanzar la cima de mi profesión, grabar más discos de música, grabar con una versión más actualizada del Soundforge o el Cool Edit Pro.

Pareciera que nos hemos distanciado, pero eso nunca pasará porque hay lazo familiar que nos une, eres mi hermano y eso jamás cambiará… nos puede pasar cualquier cosa a los dos, no importa que tan lejos esté yo de ti o tú de mí pero siempre serás el confidente que encontré en la vida… mi hermano por siempre serás.
Richard Ruiz