Después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar.
Decidí no esperar las oportunidades, sino buscarlas.
Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución.
Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis.
Decidí cada noche como un misterio a resolver.
Decidí ver cada día como una oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival son mis propias debilidades, y que en ellas se encuentran la mejor forma de superarme. Dejé de temer perder, y empecé a temer no ganar.
Descubrí que no era el mejor, y que quizás nunca lo fui.
Me dejó de importar quién ganara o perdiera; ahora me importa simplemente esforzarme por ser mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo es tener el derecho de llamar a alguien "amigo".
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, es una filosofía divina de vida.
Dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi tenue luz de este presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz, si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar muchas cosas, decidí regresar a los cariñosos brazos de Dios, mi Padre, y comenzar de nuevopara con Su ayuda ser mejor cada día.
Aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Desde entonces no duermo para descansar, sino para soñar.
Lecciones bíblicas para despedir empleados
-
Despedir a un empleado es una de las tareas más difíciles para un líder,
pero se puede hacer de manera digna y respetuosa. Con principios bíblicos,
se pued...
0 alegatos:
Publicar un comentario