A Huaraz, la ciudad que me vio crecer.
Si te quisiéramos, te valoraríamos como los que vienen de lejos a conocerte.
Si te quisiéramos, exigiríamos a las autoridades que usen más la madera en vez del cemento.
Si te quisiéramos, evitaríamos arrojar la basura en tus calles y ríos.
Tal vez todavía no hemos aprendido a quererte.
Si te quisiéramos, seríamos más amables con el visitante.
Si te quisiéramos, elegiríamos autoridades que promuevan más el turismo en la ciudad.
Si te quisiéramos, te demostraríamos nuestro agradecimiento cuidándote como te mereces.
Pero, tal vez todavía no hemos aprendido a quererte.
Huaracinos, seamos un factor de cambio. Dios está dispuesto a ayudarnos.
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