Esta mañana encontré el mejor descripción del amor, no de ese "amor" con el que se le llama equivocadamente al acto sexual, tampoco me refiero a ese sentimiento tan básico de atracción hacia otro, aunque en estos estos años se haya desnaturalizado y que lo hemos conceptualizado según nuestros estados de ánimo, su concepto sigue vigente y necesitamos estar a su altura para recién poder decir que verdaderamente amamos.
Si yo pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles pero no amara a los demás, yo sólo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. Si tuviera el don de sobrenatural para conocer las cosas futuras y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada.
El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia. LA BIBLIA
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