Milo, es un niño que, aunque sólo existe en un videojuego, es capaz de sentir emociones, reconocer nuestras caras e identificar nuestras voces.
El sistema explota al máximo técnicas psicológicas para hacer creer a las personas que Milo es real.
Además, el software permite "control total" sobre elementos faciales sutiles como el sonrojarse o incluso sobre el diámetro de las fosas nasales de Milo, que pueden denotar estrés.
"Casi todo es un truco, pero es un truco que realmente funciona", afirmó Molyneux.
El juego emplea un sistema que permite que Milo reconozca la voz del jugador, su entonación y significado de sus palabras.
"Después de 45 minutos puede reconocer a las personas", aseguró el programador británico. "Puedo asegurarles que ése es un momento maravilloso".
Por el momento esta tecnología se encuentra en una fase de desarrollo y por lo pronto no hay planes para lanzarla al mercado, pero sus creadores creen que se convertirá en un producto comercial.
Definitivamente la inteligencia artificial está cada vez más cerca de convertirse en realidad.
Fuentes:
BBC de Londres
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