El gran historiador Tito Livio dijo las siguientes palabras: “Le tememos a las cosas en proporción a nuestra ignorancia de ellas”. La mayoría de las personas tiene grandes temores debido a la falta de conocimiento. De hecho, en el caso específico del temor a los animales, en la gran mayoría de los casos, ellos nos tienen más miedo a nosotros que nosotros a ellos. Cuando usted yo tememos a algo o a alguien, se ven más grandes y temibles de lo que realmente son.
El Gran Maestro de todos los tiempos, Jesús, expresó lo siguiente: “Conocerás la verdad, y la verdad te hará libre” (Juan 8:32). Mientras más conozcamos la verdad, más libre viviremos de cualquier temor.
La verdad es lo que lo hará libre a usted de ese temor que lo agobia. Mientras más nos acercamos a nuestros temores para conocerlos, más nos daremos cuenta de la mentira que se esconde detrás de ellos. Tito Livio dijo, “El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peores de lo que son”. ¡Cuán acertadas son sus palabras!
Todos nosotros seremos confrontados durante toda nuestra vida por situaciones que nos darán temor. La única manera de salir adelante es conocer la verdad para ser libres. Es importante que cada uno tome una decisión y diga “¡Basta! Estoy cansado de sentir este miedo. Hoy, cambiaré mi manera de pensar y haré algo al respecto”. El hecho puede ser que usted “sienta” temor, pero la verdad es que no tiene por qué someterse y postrarse ante ese temor. Nunca podremos obtener la victoria si huimos. De hecho, cuando vemos como equipan a los soldados, notamos que la armadura principal se encuentra en la parte delantera. ¿Por qué? Porque esa es la parte que estará expuesta al enemigo. No hacen provisión para la espalda porque un soldado conquistador es uno que siempre está de cara al enemigo. Un cobarde es uno que siempre está huyendo del enemigo. Usted y yo tenemos una sola opción: darle el frente de una vez y para siempre a este enemigo llamado temor.
La Biblia dice que cuando David se enfrentó a Goliat para vencerlo, él “se dio prisa y corrió a la línea de batalla” (1 Samuel 17:48). Quiero resaltar esta frase porque dice mucho del por qué David se enfrentó a sus temores y los venció. Todos necesitamos aprender sobre eso. En esa línea vemos la ACTITUD de David ante el desafío. Una actitud emprendedora, de tomar cartas en el asunto inmediatamente y no dejar pasar un segundo más, antes de enfrentar el problema. “Se dio prisa”. Dentro de si, había determinado que había transcurrido demasiado tiempo con ese problema. No iba esperar un segundo más con las cosas como estaban, así que se dispuso a correr hacia la linea de la batalla en lugar de continuar su vida negando que existiera un problema y escondiéndose en la comodidad de una tienda de acampar, como lo hacían todos sus compatriotas.
La mayoría de los que hemos luchado toda la vida contra alguna clase de temor no le hemos dado el frente con la rapidez necesaria para cortar el problema en su estado embriónico. Muchas veces, por nuestra decisión, el problema crece fuera de proporción, llevándonos a una crisis que destruye nuestras emociones, nuestra familia, los amigos y el mundo que nos rodea. Tenemos que hacer como David: una vez que reconozcamos que existe el problema, corramos a la línea de la batalla, enfrentémonos al gran gigante en nuestra vida y corrijamos de inmediato la situación para continuar nuestra vida en paz. Al igual que él, podremos encontrar que nuestra acción, nuestra entrega a Dios y nuestro compromiso en hacer algo al respecto traerá grandes resultados en nuestra vida personal, profesional, familiar y emocional. Veremos caer ese gran Goliat, como lo vio David, y saborearemos el rico manjar del triunfo.
¡Dése prisa! ¡Corra a la línea de batalla! ¡Dile adiós a tus temores!