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Han pasado 500 años de la reforma protestante iniciada por Martín Lutero que llevó a un cisma de la Iglesia católica dando origen a numerosas iglesias agrupadas bajo el término protestantismo.
A lo largo del tiempo la iglesia protestante se ha dividido en diversas denominaciones, sus ramas van desde las conservadoras hasta las más liberales. La gran mayoría se ha institucionalizado, han creando personerías jurídicas para el amparo de sus derechos.
La iglesia ha sobrevivido a diferentes movimientos de cada época, algunos sangrientos y violentos. En la actualidad debe enfrentar a movimientos como los LGTBI, Feministas, Proaborto, etc, quienes "promueven" la igualdad de derechos desde sus puntos de vista. Estos grupos considerados "minoritarios" pero influyentes son capaces de utilizar medios de comunicación, políticos y económicos con tal de desacreditar a cualquiera que se "interponga" en su camino.
La iglesia protestante, lejos de "enfrentar" a estos movimientos, opta por el silencio, se siente intimidada y se esconde en su 'closet'. La iglesia no quiere problemas, se siente cómoda en sus cuatro paredes, está entretenida en sus eventos, predica a voz alta sólo desde el púlpito, quiere alcanzar al mundo sin tocar sus finanzas, abrigar y alimentar al pobre sin coger un centavo de sus diezmos. Lamentablemente, esa es nuestra imagen en la actualidad.
Sus pastores más influyentes son acusados de enriquecerse con dinero de los diezmos, visten bien, compran inmuebles a diestra y siniestra, se hacen de edificios, cines, ganan bien, y exigen a sus ovejas a ofrendar más de lo que pueden para la "gloria de Dios". Mientras los gays, lesbianas y otros movimientos están "saliendo de sus closets", imponiendo al mundo sus filosofías y pensamientos; minetras la iglesia se esconde más en su propios "closets" - llamados templos.
¡Cuánta falta nos hacen personas como Lutero o Calvino! dispuestos a remar contra la corriente, decididos a denunciar la corrupción no sólo de la iglesia Católica sino de la sociedad entera, dispuestos a luchar contra el enemigo, no desde la zona de confort, sino desde el mismo campo de batalla, a fin de extender el mensaje que nos ha sido encomendado.
No todo está perdido, ¡estamos a tiempo todavía para "salir del closet", iglesia protestante!